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Lo que pasa acá y lo que pasa en Pakistán

Acá, si sos cristiano o cristiana, seguramente vayas a alguna iglesia y te encuentres con gente que se ofende porque no la saludan, gente que se fija en el largo de la pollera de la chica ésa, gente que dice una cosa y hace otra, gente que se la da de santa y es hipócrita, gente que busca emociones nuevas pero espiritualmente está vacía e incluso hasta puede que veas gente que no asiste a una iglesia pero hace más por otros que muchos líderes religiosos.

En Pakistán, si sos cristiano o cristiana, seguramente quieras ir a alguna iglesia y te encuentres con que no te van a dejar, te van a callar, te van a perseguir, te van a quemar vivo, te van a violar, se van a robar a tus niños para asesinarlos, te van a bombardear.

Acá, si te enterás de lo que pasa en Pakistán, te indignás, ponés de manifiesto tu repudio en las redes sociales o dirás "Gracias, Dios porque no vivo en Pakistán".

Y volverás a ofenderte porque no te saludan, a criticar la pollera de la chica ésa, a decir una cosa y hacer otra, a dártelas de santo y ser hipócrita, a busca emociones nuevas aunque espiritualmente estés vacío y hasta incluso ver gente que no asiste a una iglesia pero hace más por otros que muchos líderes religiosos.

En Pakistán, cuando se enteraron de lo que estaba pasando, grupos minoritarios salieron a las calles a protestar contra las masacres de las que son víctimas, incluso a riesgo de que los callen, los persigan, los quemen vivos, las violen, les roben a sus niños para asesinarlos, los bombardeen.

Acá, ser cristiano es cómodo; somos felices y nos gana la comodidad.

En Pakistán, ser cristiano es un crimen; mueren felices y ganan con el ejemplo de Jesús: "Como dí, dad".

Acá, tenemos mucho que aprender.

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