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¿Y entonces, qué es la verdadera religión?

Este post surgió a partir de un zapping que hice a la madrugada. A esa hora, hay un interesante (por no decir indignante) desfile de vendedores de milagros y de soluciones mágicas que se cumplen supuestamente adquiriendo cierto amuleto o asistiendo a una reunión en particular en un horario en particular, como si Dios tuviera un contrato de exclusividad con una persona o manejara una agenda ya armada.

Es cierto que todos sentimos, en algún momento de nuestra vida, la necesidad de creer en algo superior para llenar el vacío interior, Pero cuánta gente se aprovecha de esa necesidad (y de otras más materiales) para hacer negocios o para adquirir fama. Así entonces surgió la pregunta que da título a esta reflexión. Y, a continuación les cuento qué pienso respecto de todo eso...

Definitivamente, la verdadera religión no tiene una agenda con ciertos días para ciertos milagros, como si Dios organizara los temas según el día de la semana: los lunes las enfermedades, los martes los problemas económicos, y así.

De hecho, la verdadera religión no toma a Dios como el genio de la lámpara que está ahí para cumplir los deseos de las personas. La verdadera religión tampoco vende falsas promesas ni objetos mágicos, amuletos o personajes. Porque la verdadera religión no te vende nada; no hace negocios.

Definitivamente, la verdadera religión no es un conjunto de dogmas o de obligaciones que cumplir ni un versito que hay que repetir ni un objeto que hay que llevar en la cartera de la dama o el bolsillo del caballero.

Definitivamente, la verdadera religión no maneja las masas diciéndole a la gente lo que tiene que hacer y cuándo debe hacerlo.

Definitivamente, la verdafera religión no es mentirosa ni hipócrita; no aparenta que todo está bien, que la familia que tenés es perfecta, que vas a conseguir el trabajo perfecto, que vas a vivir una vida perfecta. Porque nada de eso es perfecto.

Definitivamente, la verdadera religión no se centra en grandes y majestuosos templos que implican grandes y majestuosas inversiones de dinero.

Porque la verdadera religión ni siquiera es una religión...

- La verdadera religión es una relación.

Es personal, única y vivencial con el Creador, sin mediadores humanos, sin dogmas, sin más condiciones que la fe.

- La verdadera religión es una sola persona

No se trata de un líder mundial, ni de un maestro iluminado, ni de un autoproclamado profeta. Se trata de recibir al un único y suficiente Salvador, alguien que nos amó a pesar de nuestros errores, que cargó con ellos, nos perdonó y nos cambió la vida.

- Porque la verdadera religión te lleva a la salvación

Esa relación con el Creador se recompone a través de su Hijo, que tomó tu lugar para llevar tus faltas y perdonar tus errores, y abrió el camino para que seres finitos podamos conectarnos con el Dios eterno. Él es el camino.

- La verdadera religión es gratuita

Se trata de recibir el regalo de salvación que Dios ofrece. Y eso es por gracia. Nadie es tan bueno como para merecerla ni nadie puede alcanzarla por sus propios esfuerzos. Y no se paga. Es por fe.

- La verdadera religión habla la verdad y no juzga

No hay lugar para la mentira, ni para la hipocresía. Si algo hiciste mal, si te equivocaste, en Jesús hay perdón y hay nuevas oportunidades. Para él, es más valiosa una prostitua arrepentida que un líder religioso convencido de su religión...

- La verdadera religión te cambia la perspectiva

Porque quizás el cáncer no se cure, quizás el trabajo ideal no aparezca, quizás tus sueños no se cumplan como planeabas, quizás no apruebes el examen, quizás quedes afuera de un proyecto, quizás rompas una relación, quizás nunca llega lo que esperás. Pero en esas circunstancias, o peores, cuando te enfrentes al dolor, a la muerte, a la pérdida, a la soledad o a la tristeza, inexplicablemente podés sentir paz, podés sentir consuelo, podés saber que Dios está en control, que él es Soberano y que aunque no lo entiedas, él sabe lo que hace.

- La verdadera religión mira el corazón y te hace crecer

Porque la verdadera religión no te hace más rico, no te hace más inteligente, no te hace más famoso ni siquiera te hace más bueno. Te muestra el error, te muestra el camino y te muestra el ejemplo a seguir. Tu decisión es de corazón, creer y cambiar y no vivir más de apariencias.

Porque, en definitiva: "La religión pura y verdadera a los ojos de Dios Padre consiste en ocuparse de los huérfanos y de las viudas en sus aflicciones, y no dejar que el mundo te corrompa."

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