top of page

Por qué le debo más a mi mamá que a la Universidad

"Con expresión expresiva expresamente expresada". Ésa es una frase de mi mamá.

Y me la decía cuando era chica, cada vez que tenía que leer en voz alta, hablar en algún acto de la escuela o en alguna representación en la iglesia. Entonces yo ya sabía que tenía que respetar los signos de puntuación, poner énfasis y dar entonación cuando correspondiera y que, sobre todo, al finalizar la frase no tenía que bajar el tono, porque si no, no se entenderían las últimas palabras.

Así crecí.

Entonces, un día, fui a la Universidad.

Entré con la errónea idea de que yo ya sabía comunicar con expresión expresiva expresamente expresada y me encontré con que había teorías, autores (muy densos algunos) y profesores que tienen su propia línea, su propia estructura, su propia manera de responder. Y entonces se complicó todo. Porque brotaban textos, textos y más textos que tenía que leer. Estaba tal autor que decía "blanco", estaba el otro autor que decía "negro" y, en el medio, toda una gama de filósofos, escritores, pensadores, doctores, lingüistas, comunicadores que decían "gris" en sus miles de tonos posibles. La

cosa consistía en saberse qué dijo cada uno sobre cada tema respondiendo a qué teoría que se contraponía con cuál otra usando siempre un tono académico. Aprendí entonces a citar, a parafrasear, a criticar, a argumentar y más que nada a decir en 500 hojas lo que podría decir en 10 o en 12. Todas éstas, competencias fundamenetales para la vida (?).

Entonces, un día, salí de la Universidad.

Y la vida, ahí afuera, pedía todo lo contrario. Las teorías del Nuevo Periodismo ya eran viejas. Había que ser breve, concisa, fácil de leer, simple.

La cosa consistía entonces en desaprender a decir las cosas de manera complicada, para reaprender a ir al grano.

Y entonces, al final, todo se trató de volver a expresarse "con expresión expresiva expresamente expresada". Algo que las mamás de aquellos teóricos no les dijeron muy seguido.

bottom of page