Muy UBA
Gracias a Dios, y al esfuerzo de mi familia, pude estudiar en la Universidad de Buenos Aires.
A diferencia de otras universidades que tienen más definido el target, el perfil del estudiante o la ideología corporativa, la UBA es un poco compleja de describir; sobre todo UBA Sociales.
En mi afán por hacer las cosas simples (en este blog específicamente, pues para otra cosas suelo ser complicada), encontré una sola palabra para describir esa facultad en particular. Esa palabra es: MUY.
Porque la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA tiene una muy grande cantidad de alumnos. Por eso (entre otras cosas) está todo más o menos muy desorganizado. Los pasillos del ahora edificio único están muy politizados. Sus paredes están muy llenas de afiches de todos los partidos y con todas las consignas. Es muy engorroso iniciar, continuar y finalizar un trámite. Es muy factible que el sistema se caiga, que haya materias que no se asignen, o bien que se le asignen a otra persona o en su defecto que te asignen materias de otras personas. Es muy largo el tiempo de espera para comprar un café, sacar una fotocopia o comprar un apunte. Es muy común ver a alumnos que se sientan en el piso porque faltan bancos, como también es muy común verlos en el piso cuando sobran bancos libres. Los profesores están muy acostumbrados a que interrumpan sus clases las diferentes agrupaciones que recurren las aulas muy a menudo. De esos profesores, hay algunos que son muy profesionales, generalmente acompañados por ayudantes de cátedra que son muy malas personas (lo cual es muy notorio en época de finales). También hay otros profesores muy vagos como para avisar que no van a ir a dar clases y dejan clavados a cursos por 40 minutos reglamentarios de espera, mientras que hay otros muy avivados que llegan 39 minutos tarde, justo antes de la clase estuvera a punto de volverse a su casa. Hay profesores muy buenos, como profesores y como personas, que dan muy contentos más de su tiempo aunque eso les implique perder desde lo económico. Hay otros muy interesados en la chapa que puede darle la Universidad y solo van a cumplir sus horas.
Los estudiantes son un mundo en sí mismo: los hay muy ricos, muy pobres, muy "chetos", muy "zurdos", muy "fachos", muy "hippies", muy ateos, muy creyentes. También están los que muy a menudo se adaptan al grupo y aparecen los muy ricos haciéndose los hippies o los que se muestran muy a favor de tendencias más comunistas mientras van a estudiar en autos importados vestidos, con su iphone y vestidos de marcas norteamericas. Es muy común la falta criterios similares.
La carrera está muy llena de finales obligatorios y muy cargada de teoría. Y así, se hace interminablemente muy larga. Por lo tanto, no llega el muy inteligente sino el muy perverante.
A pesar todo ello, que para quien lo ve de afuera puede parecer muy negativo, este bagaje te brinda muy buenos recursos para la vida. Es muy factible que la UBA te ayude a ganar independencia, defender tus propios derechos, insistir, leer y leer, pensar críticamente, analizar, ponerle nombres académicos a los hechos cotidianos o usar palabras difíciles en conversaciones.
No sé, pero a pesar de todo, la UBA es muy querida.