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Hablar o no hablar de la muerte

Es feo, es triste y es doloroso. Es un tema que evitamos. No solemos decir: "hola, cómo andás, ¿pensaste en tu muerte? Yo acá ando, viendo el tema de la mía; no me decido si el velorio será al mediodía o a la noche; cena o lunch". No. Claramente no solemos decirlo.

Evitamos las conversaciones tristes de muerte, dolor o enfermedad. En mi caso, cuando surje el tema pienso en las personas cercanas que ya murieron o en la posibilidad de que algunos de los que están cercan mueran, incluso yo. Pero no por evitar hablar de este tema, el asunto dejará de ocurrir. Eventualmente, todos vamos a morirnos. Y eventualmente, todos nos hemos preguntado qué pasa después.

Pensemos en la vida como un regalo. Cuando nos dan un regalo, simplemente nos lo dan. No tenemos que trabajar para recibirlo ni sumar méritos. Y así, sin más, recibimos el regalo de la vida; nacimos.

Es bastante impactante y descolocador cuando alguien cercano y joven muere. No entendemos nada. Nos llenamos de preguntas que parecen no tener respuesta.

Pero esas preguntas pueden responderse si cambiamos de perspectiva.

Porque existe un regalo mayor que la vida. Y es una vida que no termina. Si existe un cielo y un infierno, si nadie nace mereciendo el cielo, si el cielo no se gana por más buenas acciones que alguien pueda acumular, si no se trata de algo que haya que hacer sino de algo que solo hay que recibir... ¿no es entonces todo esto algo grandioso? Nadie se gana un regalo; el regalo te lo dan y lo aceptás o no. Y el regalo de la vida eterna está ahí, se recibe por fe, por creer en el que venció a la muerte y nos perdonó: Jesús. Y nada más.

Morimos, sí. Pero por la fe sabemos que es para estar mejor porque "Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir.» El que estaba sentado en el trono dijo: «¡Yo hago nuevas todas las cosas!» Y añadió: «Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza.» ... Al que tenga sed le daré a beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que salga vencedor heredará todo esto, y yo seré su Dios y él será mi hijo." *

¡Y qué regalo! Pienso entonces que la muerte no debería ser un tema tabú ni que tampoco el pensar en la muerte tiene que llenar nuestro tiempo ni traer preocupación. Porque entonces, hablar de la muerte sería hablar de la vida. De una vida inimaginablemente mejor.

"«El justovivirá por la fe.»" **

* Apocalipsis 21: 3b-7 Nueva Versión Internacional (NVI).

** Romanos 1:17b y Habacuc 2:4, NVI

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