Qué hago cuando no sé qué hacer
"¿Y ahora qué hago?" es una pregunta que surge frente a una decisión por tomar, a una respuesta que dar o a una acción que ejecutar.
Y a esa pregunta le sigue una ansiedad por querer decidir algo. A esa ansiedad, indecisión por temor a decidir mal. A esa indecisión, incertidumbre por no saber de antemano si al final voy a arrepentirme o no de lo decidido.
Entonces, para evitar todo ese proceso de tensión y nerviosismo, hay algo que hago cuando no sé que hacer. Me pongo a orar.
-Ah, podés pensar - ¿Entonces las cosas se solucionan mágicamente?
No. Respondo yo.
- ¿Entonces te decidís más rápido?
Tampoco.
- ¿Pero... la situación tensa desaparece?
Nones.
-¿Y entonces?, podés preguntarme.
Me explico mejor. Cuando oro, con mis palabras, sin repetir ninguna frase prefabricada, simplemente le cuento a Dios lo que me pasa. Entonces, después de orar es posible que no cambie la situación (ojo puede que sí, pero supongamos que no), sino que la que cambie sea yo.
Porque ésa es la idea: que después de encontrarnos con Dios no somos los mismos. Y a veces, hasta esa situación que provocó ansiedad, indecisión o incertidumbre es la que hizo que encontráramos a Dios o que lo conociéramos de una nueva forma.
Entonces, al final, lo mejor que me puede pasar es no saber qué hacer.
