Acerca de la pelirrojosidad (o de cómo me amigué con mi pelo)
Lo odiaba. Odiaba que me dijeran "Colo" o "Colorada" en la escuela (bah, en cualquier lugar a donde iba). Ni que hablar cuando los que se creían más graciosos decían que se me había volcado el tuco de los fideos en la cabeza.
Más me molestaba porque, sin ser del todo pelirroja, sentía que además tenía que lidiar con los problemas de percepción visual de los demás. Para colmo, desde chica que me acompaña una abundante cabellera y desde siempre tuve tendencia al despeinado y a llevar los pelos al viento. Así que tampoco pasaba muy desapercibida. Y finalmente, mi pelo se convertía en tema de debate. Si yo decía que era pelirroja, me respondían "bueno no es naranja-naranja". Si decía que era rubia, me respondían "eso no es rubio, es más pelirrojo".
Así estaba yo, pasando los años con mi pelo "ni-ni", hasta que un buen día, decidí amigarme con mi colorado - rojo - fideoscontuco - spaghetti - rubión - rojizo - naranja mecánica o como sea que lo llamaran.
Porque resulta que la onda era teñirse de colorado... ¡y a mí no me hacía falta la tintura! Además, había leído que apenas un 2% de la población mundial era pelirrojo, así que esa idea de exclusiviad empezaba a gustarme.
Después leí que el porcentaje de pelirrojos no superaba el 1%, así que más a mi favor: la exclusividad era mayor. Aunque, en materia de lectura... ¡se lee cada cosa de los pelirrojos! Por empezar, tienen (¿tenemos?) nuestra propia web. Y existe toda una serie de mitos sobre el cabello colorado...
- Que "los neandertales eran pelirrojos"...
- Que "los pelirrojos tienen mal carácter". (En mi defensa, digo que es igual a cualquier otro color de pelo...)
- Que "los pelirrojos descienden de los gatos." (WTF!!??)
- Que como "los receptores neuronales MC1R cerebrales modifican la respuesta a las endorfinas y hormonas", los pelirrojos "pueden sentir más intensamente la felicidad o tener más tolerancia a cierto tipo de dolores." (No sé cómo sienten ustedes el dolor, pero no quisiera hacer nada para probar si lo tolero más o menos que el resto).
- Que "los pelirrojos no tienen alma", que "traen mala suerte" o que "las pelirrojas son brujas". (Si van a volverse místicos, recomiendo leer esto antes).
- Que están "en peligro de extinción". (Finalmente, la afirmación resultó ser parte de una campaña de Procter & Gamble para aumentar las ventas de la tintura de ese color).
No sé si hay tanta historia alrededor de los demás colores de pelo ni tantos apodos para nombrarlo.
Quizás estoy haciendo demasiada historia. No sé.
De todas formas, hoy puedo decir: Gracias, Dios, por hacerme pelirroja, colorada, medio rubia y medio pelirroja, como sea o como dijo alguien que, sin querer, lo definió muy bien. Me dijo: "vos sos pelirrubia". Y me casé con él.