El viajar es un placer...
Volví de las vacaciones. Pude descansar y, a la vez, cansarme con ese cansancio lindo de haber recorrido mucho a pie. Anduve por ciudades y por pueblos del país. Y en cada lugarcito, ya sea una avenida principal, una calle de tierra, un camino entre las sierras o la orilla de un río, pude aprender algo.
"Viajar es un placer que nos suele suceder" decía Pipo Pescador. Y en ese placer pude aprender a apreciar. Es cierto que viajar abre la cabeza. Esta vez descubrí que (si bien me encantaría) no es del todo necesario irse a un país lejano para aprender.
En este viaje aprendí de historia visitando museos locales, aprendí de la idiosincracia de cada provincia hablando con sus habitantes y aprendí a apreciar desde lo más grade, como las sierras puntanas, sus ríos y cascadas, hasta lo más pequeño, como una mariposa que pasa volando por al lado o una hormiga que carga varias veces su peso y no se da por vencida caminando entre las piedras.
Viajar te abre la cabeza pero para vajar es necesario abrir los ojos. Y mirar tanto la increíble creación con sus paisajes como lo que las personas tienen para decir. Viajar es saber mirar para poder ver. ¡Así, es verdadero un placer!
PD: Ah. No olvidar acompañar el viaje con buenas lecturas.