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Había una vez un circo...

Había una vez un circo... o un país, no recuerdo bien.

Los dueños de este circo eran muy particulares. Cobraban entrada a quienes querían, y a otros se la regalaban. Los que pagaban comenzaron a quejarse. Los que entraban gratis comenzaron a querer más cosas: la carpa del circo, los trapecios, los animales. Y entonces el público del circo quedó dividido y se atacaban entre ellos.

Los dueños de este circo decían ser de izquerda pero se atendían en hospitales privados y con sus acciones (u omisiones) eran bastante funcionales a ciertas corporaciones. Mientras que a otras corporaciones las atacaban. El criterio dependía de la amistad o no de los dueños del circo. El circo era tal que un multimedio se alzaba como la voz cantante del periodismo "independiente". Mientras que medios supuestamente "independientes" eran dejados sin pauta publicitaria o eran comprados con pauta publicitaria.

En ese circo, había un líder religioso que vivía cerquita de los dueños del circo. Pero casi nadie lo quería. Hasta que viajó a Roma y entonces todos lo quisieron. Tanto pero tanto lo quisieron que empezaron a ir a visitarlo cada dos por tres. Y cada viaje que hacían para visitar al líder religioso en Roma lo financiaban los que pagaban las entradas al circo. Los dueños, claro está, iban a verlo con todo pago. Y el cariño fue tan grande que hasta borraron las críticas que habían hecho cuando lo tenían cerquita.

En el circo del que les estoy contando, hay muchas escuelas. Hay tantas que a veces se olvidan e inauguran una misma escuela varias veces. En esas escuelas se caen los techos, falta el gas y la luz y los maestros ganan poco y cobran tarde. Como ganan mal, hacen paro y no se va a esas escuelas. Cuando se va, se aprende en tan malas condiciones que en los exámenes que califican circos, éste circo es uno de los más bajos. Entonces, los dueños del circo en vez de trabajar por mejorar la calidad de la educación, se enojan con quienes evalúan y les dicen que sus preguntas están mal hechas y que ese examen que califica el nivel educativo del circo no sive.

En este circo, también, hay jueces y fiscales. Algunos hacen bien su trabajo y otros más o menos. A estos últimos siempre les tocan las causas polémicas y pueden ayudar a los dueños del circo a que el circo pueda seguir funcionando como tal. También hay fiscales que pueden ser destituídos si no ayudan a los dueños del circo a que el circo pueda seguir funcionando como tal.

En este circo, hay culpables libres e inocentes presos. Hay culpables en el poder y desaparecidos en democracia.

En este circo los trenes chocan y mueren personas. Y eso pasa en este circo por "la viveza criolla", porque "no era feriado" y porque "ahora tenemos trabajo y razón para viajar; antes nos quedábamos en casa ".

En este circo hay sensaciones. Por ejemplo, la sensción de inseguridad. En el circo roban. Y los ladrones salen por televisión con protección policial. En el circo matan por un auto o por un par de zapatillas. Una sensación bastante, pero bastante real.

A pesar de todo esto, en el circo se habla de cosas buenas. Se habla de la buena gente, se habla de los derechos humanos, se habla de la alegría. Pero se habla de una cosa y se hace otra. Los dueño del circo se adjudican títulos que no tienen, están procesados, actúan con prepotencia y atacan al que piensa distinto. Casi que a esta altura, atacan al que piensa.

Había una vez un circo o un país, no recuerdo muy bien. A sus dueños los acusaban de mostrar "pan y circo" (frase que proviene de la Roma del siglo II a.C) como estrategia para ganar el voto de los pobres. Pero en este circo, 4 de cada 10 chicos tiene problemas de malnutrición y 3 de cada 10 viven en una familia que no llega a fin de mes.

Lo malo de este circo es que es un circo sin pan.

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