Esa canción que tarareamos
"na nana naaa nananana..."
¿Se preguntaron porqué se nos pegan las canciones? Yo sí. Y, típico, empecé por googlearlo.
Así encontré que el fenómeno es un síndrome con nombres científico: "síndrome de la canción pegada", "picazón cognitiva" o incluso earworm ("garabato musical").
También descubrí, según una investigación de la Universidad de Cincinnati, que "las canciones pegajosas se adhieren al córtex auditivo del cerebro, que se encarga de procesar los sonidos" y que "las personas tararean en un 73.7% las canciones con letras, 18.6% jingles o anuncios y melodías instrumentales en un 7.7%".
Por otro lado, no es nada prometedora la conclusión a la que arribaron en el estudio publicado en la revista Applied Cognitive Psychology: “si una canción continuó jugando en la cabeza de alguien inmediatamente después de escucharla, es probable que la canción vuelva como una canción intrusiva dentro de las siguientes 24 horas". ¡Ufa!
Como parte de ese mismo estudio, una de las psicólogas agregó que "momentos en los que más regresan estas canciones es cuando hay baja actividad cognitiva como al caminar".
Y también, como con casi todo lo que nos pasa, se lo relacionó con el estrés.
Así que, según mi concusión -sin ningún soporte científico- es que podríamos evitar que se nos peguen las canciones y que estemos tarareándolas si procuramos no tener momentos de baja actividad cognitva y si procuramos no estresarnos. De por sí, es bastante difícil que se den juntas, así que, aceptémoslo y... ¡Na na na nananana!
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