Hay que reírse más
“Felices los que saben reírse de sí mismos, porque nunca terminarán de divertirse” dijo Tomás Moro.
Si bien "reírse de uno mismo" al principio me sonaba a una especie de auto-burla o de auto-bulling, pude entender que más bien tiene que ver con capitalizar aquello que nos sale mal, que nos cuesta o que no nos gusta y buscarle el lado bueno.
Un ejemplo: yo canto mal (de verdad. Lo intento pero no puedo entonar, ni seguir una melodía). Bastante complicado fue en la época de la escuela y sobre todo en las pruebas para los coros y demás. Por eso, ni bien me dieron a elegir entre música y dibujo, opté por lo obvio: dibujo. Sin embargo, me gusta la música. Y la escucho. Y canto. Entonces, en vez de cantar solo cuando estaba sola, me río con los otros y canto y lo disfruto (ok, los demás quizás no lo disfruten, pero sí se pueden divertir con mi diversión).
Así que vamos nomás a reírnos de nosotros mismos. Con este post, empiezo yo. Reírse de uno mismo es divertido. Y quizás sea por eso que me cueste tanto aburrirme.