PREVENIR CON EDUCACIÓN Y ENSEÑAR A TRAVÉS DEL JUEGO
- Romina Mazzaferri
- 23 jun 2014
- 3 Min. de lectura
(Presentado para el concurso de bloggers del BID)
Camila vive en Florencio Varela, una localidad al sur del Gran Buenos Aires que tiene a casi el 27% de sus habitantes con necesidades básicas insatisfechas[i].
En América Latina y el Caribe, 47 millones de personas padecen hambre[ii]. Si bien en los últimos años el índice de pobreza ha descendido en la región, aún no ha ocurrido lo mismo con la desigualdad económica[iii] que, en la práctica, se traduce en inequidad en el acceso a recursos, a servicios y a información específica necesaria para el cuidado de la salud.
Como contracara de la malnutrición, Camila vive en Argentina donde el 16% de los chicos de su edad padece sobrepeso y el 11,6%, obesidad[iv]. Esta pandemia es una de las denominadas Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT) que, junto a la diabetes, a las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión y a algunos tipos de cánceres, entre otras, son la principal causa de muerte en la región[v]. Según la Organización Panamericana de la Salud, dos de los cuatro factores de riesgo causantes de ECNT son la inadecuada alimentación y la inactividad física.
Camila asiste al sexto grado de una escuela pública y desayuna y almuerza en la escuela los alimentos que allí le brindan. Un día, en la clase de Ciencias Naturales, su maestra habla de alimentación saludable y entrega a sus alumnos un cuadernillo. Más tarde, en la clase de gimnasia, la profesora explica la importancia de hacer actividad física diariamente. Cuando termina el día, Camila vuelve a su casa con una notificación para su mamá: la escuela llevará adelante un programa educativo preparado por una organización de la sociedad civil que realiza talleres alimentarios.
Esa organización es Fundación Educacional que llevó educación alimentaria y nutricional a 1085 escuelas de Argentina, además de la que asiste Camila. La premisa es que trabajar desde pequeños en la prevención ayuda a promover hábitos saludables y a lograr una mejor calidad de vida.
Es que nadie puede cambiar lo que no conoce. Por eso, es necesario poner al alcance de todas las personas información certera para que puedan interpretarla correctamente y llevarla a la práctica. Así lo entendió María Ana Angeleri, Directora Ejecutiva y fundadora de Educacional, quien junto a un equipo interdisciplinario se propuso prevenir la obesidad infantil trabajando con una mirada integral. Con su equipo, desde 2007, brinda información a través de presentaciones interactivas y materiales didácticos para niños junto con contenido para padres y docentes.
La prevención es el método más eficaz y económico para que los países garanticen más salud y la escuela se transforma en un lugar clave para construir hábitos de alimentación y de vida saludable.
A lo largo del desarrollo del programa de Fundación Educacional, Camila comenzó a pedirle a su mamá comer más verduras, reemplazar la gaseosa por agua y salir más seguido a jugar al aire libre. A su vez, por iniciativa de la directora de la escuela; las maestras, los profesores, los padres y los alumnos prepararon una muestra con arte, juegos, comida variada, actividad física y movimiento para promover hábitos saludables. En ese evento, Camila leyó una nota escrita por ella, contando lo que aprendió a lo largo del programa y explicando a la comunidad educativa cómo fue modificando sus hábitos para construir más salud.
Y es que el mundo se cambia de a una persona por vez.
Mayo, 2014
Referncias:
[i] Censo nacional. Datos del INDEC: Instituto Nacional de Estadística y Censo
[iii] FAO
[iv] Datos brindados por ILSI Argentina
[v] OMS Datos y cifras de las Enfermedades No Transmisibles http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs355/es/
