Los papás del corazón
- Romina Mazzaferri
- 15 jun 2011
- 6 Min. de lectura

(En Femenina Magazine)
Adoptar, según la Real Academia Española, es “Recibir como hijo, con los requisitos y solemnidades que establecen las leyes, al que no lo es naturalmente”.
Es decir que la única diferencia con los hijos biológicos es el vínculo de sangre, por eso a los padres adoptivos se los suele llamar “papás del corazón” porque en definitiva son papás con todas las letras que, para poder ver cumplido su anhelo, tuvieron que pasar por diferentes etapas legales e incluso años de espera hasta poder tener al nuevo integrante de la familia en casa.
Son diversas las razones que pueden llevar a un matrimonio a decidirse por la adopción: la imposibilidad de poder gestar un hijo biológico (infertilidad, esterilidad, etc.), el fuerte deseo de ser papás o el de querer brindarle una familia a quien no la tiene. El dicho dice que “cada familia es un mundo” y en cada una entran en juego las experiencias vividas, los anhelos y temores, los valores personales y las historias familiares que llevarán a tomar la decisión de convertirse en papás del corazón.
Cuando una familia decide adoptar comienza el proceso de cuestiones jurídicas, “tramiterío” en los juzgados, visitas, charlas y los preparativos personales, psicológicos y familiares. Además de los futuros papás, también aparecen los futuros abuelos, tíos, primos e incluso hermanos. Todos tienen que prepararse para la llegada del nuevo integrante, que muchas veces demora… ¡años! en concretarse. Pero una vez que se da, cuántas historias felices tienen para contar tanto los papás como los hijos que formaron una familia adoptiva. Y en algunos casos la unión llega a ser tal que los hijos se parecen incluso en lo físico a sus padres del corazón.
TENER UN HIJO
Así como ocurre con la búsqueda de hijos biológicos, muchas veces la motivación para llegar a adoptar es el miedo a quedarse solos (de uno o ambos padres) o simplemente el anhelo de tener un hijo, como si fuera una posesión más que uno “debe tener”, luego de “plantar un árbol y escribir un libro”.
Aunque las intenciones sean las mejores, no hay que olvidar los derechos que tiene el niño y que lo importante deber ser asegurarle que recibirá todo lo que él necesite. El nuevo hijo no llega simplemente a cubrir un “vacío” sino que es una persona con necesidades que tendrán que ser cubiertas con amor y responsabilidad.
Puede ocurrir que el hijo sea adoptado de bebé y, entonces, comienza desde muy pequeño el vínculo con su nueva familia. Pero también están los niños mayores en hogares de tránsito u orfanatos a la espera de una familia que los adopte. Al ser más grandes, tienen su propia historia de vivencias más consciente de soledad, abandono e incluso hasta de violencia; entonces el pequeño requerirá todo el amor de los flamantes papás para “desaprender” esas vivencias negativas y aprender, del nuevo vínculo, que es una persona amada, valiosa e importante para su familia.
¿CUÁNDO LE DIGO QUE ES ADOPTADO?
Ésta es una de las preguntas que pueden hacerse los papás adoptivos.
Los especialistas recomiendan siempre decir la verdad, adaptando el vocabulario y las explicaciones a cada edad.
“Como mi mamá tenía un problemita en la panza, no podía tener bebés y entonces hablaron con mi otra mamá que fue la que me tuvo en su panza”, así contaba Ana (el nombre no es el real), de 5 años, lo que sus papás adoptivos le habían contado para explicarle la realidad.
Plantear la verdad desde el comienzo afianza el vínculo de confianza, tanto para los hijos biológicos como para los del corazón. Y si hay hermanos mayores cuando se está por adoptar también es bueno hacerlos parte y contarles lo que va a pasar.
En algún momento la verdad saldrá a la luz y termina siendo perjudicial ocultarla con el paso de los años porque llega a vivirse como un desengaño.
En definitiva, el amor a los hijos, biológicos o adoptivos, viene del corazón y para demostrarlo con hechos no se necesitan análisis de ADN.
EL MARCO LEGAL
La ley 24.776 vigente, si bien al momento de su sanción fue un avance a la que entonces regía, está lejos de ser dinámica y funcional a las necesidades de los menores en situación de adoptabilidad como a las familias en espera para adoptar.
Hay en la actualidad algunos proyectos de reformas a la ley de adopción que en estos momentos se están tratando en la comisión de familia en la Cámara de Diputados de la Nación.
Podríamos realizar un análisis de las falencias de la actual ley y los beneficios de los proyectos de las reformas actuales, pero creo que será mas importante destacar algunos puntos a tener en cuenta a la hora de decidirse a entrar en el camino de la adopción.
Y digo camino, porque es un proceso, a veces de incertidumbres y de esperas largas; de alegrías y de expectativas.
Siempre el enfoque está puesto en el menor, no en la necesidad ni las ansiedades de los futuros adoptantes.
La prioridad es el menor, por eso cada tribunal evaluará la conveniencia de que el niño/a sea asignada a determinado matrimonio o familia evaluada previamente.
Si bien pueden adoptar mujeres u hombres solos, la prioridad la tendrán los matrimonios, teniendo en cuenta la conveniencia del menor.
Un menor podrá ser adoptado si previamente está dictada su situación de adoptabilidad. Muchas veces vemos o conocemos la situación de tantos niños internados en institutos y nos preguntamos por qué no se dan en adopción. Una repuesta a esta pregunta es que no están en situación de adoptabilidad; esta la determina el juez luego de acreditar que su familia de sangre no puede o quiere hacerse cargo de ese menor. Lo que sucede es que hasta que esto se determina a veces pueden pasar años.
En el marco de la ley actual, si la madre o padre de un menor institucionalizado tiene contacto con él (aunque sea solo un día) dentro del lapso de un año, interrumpe e impide que ese menor sea dado en adopción.
Esto es una de las principales modificaciones que se está tratando en el nuevo proyecto de ley.
Entendemos que si bien hay que resguardar las situaciones particulares de cada menor y su grupo familiar, la aplicación de la ley actual impide que ese menor se pueda desarrollar y crecer en el marco de una familia, estando internado por años.
Se habla de un Registro Único de Adoptantes (nacional) pero no fue posible hasta el momento lograr hacerlo.
En la Capital Federal hay un Registro que es independiente del de cada provincia.
Para poder anotarse en la provincia de Buenos Aires, hay que dirigirse al Tribunal de Familia de la jurisdicción del domicilio de los futuros adoptantes.
Se requiere documentación que no es compleja; se llenará una solicitud y quedarán a la espera de reuniones y entrevistas con profesionales del tribunal como psicólogos, médicos, asistentes sociales, etc…
Los listados si bien son enviados a La Plata al Registro Único de Adoptantes, cada Tribunal mantiene su listado interno e irán llamando por orden y por evaluación según la necesidad del adoptado y adoptantes.
No hay que desanimarse, sino esperar con esperanza e intentar no solo en la jurisdicción del domicilio sino en diferentes provincias del país, donde si bien hay listados internos, sumará a las posibilidades de adoptar.
Se puede viajar y completar las carpetas con la documentación que cada provincia requiere (en internet están los datos para comunicarse telefónicamente o bien por correo electrónico).
STEVE JOBS
El fundador de Apple, dio un memorable discurso en la Universidad de Stanford, Estados Unidos, en el 2005 con motivo del inicio de clases. Fue un discurso motivador en el que -en definitiva- contó su vida y cómo cada cosa que vivió le permitió llegar hasta donde está ahora.
Su historia comienza diciendo que su mamá biológica era una estudiante soltera que no lo había querido tener y que sus primero padres adoptivos en realidad querían una nena así que lo “devolvieron”. Quienes seguían en la lista de espera fueron sus padres de crianza a los que agradeció el cariño y el sacrificio que hicieron por él.
El video circula por YouTube desde entonces y ahora, seis años después, sigue siendo uno de los más vistos.
LOS FAMOSOS, PAPÁS ADOPTIVOS
¿Angelina Jolie y Brad Pitt impusieron una moda? Parece que no, porque lo cierto es que antes que ellos, muchas otras celebrities hollywoodenses eligieron la adopción, algunos (como los Pitts) teniendo también hijos biológicos.
Mia Farrow, Madonna, Sandra Bullock, Michelle Pfeiffer, Sharon Stone, Sheryl Crow, Julie Andrews, Diane Keaton, Emma Thompson y Calista Flockhart son algunas de las mujeres famosas que se convirtieron en mamás adoptivas. Bullock y Flockhart adoptaron siendo solteras; la actriz del Oscar adoptó a Louis al poco tiempo de haberse divorciado y Flockhart siendo mamá adoptiva de Liam se casó con Harrison Ford quien aprobó la adopción y ahora el matrimonio está queriendo adoptar a otro niño.
En cuanto a los papás adoptivos están los actores Tom Cruise (con su ex esposa Nicole Kidman), Hugh Jackman, Ewan Mc Gregor; los directores de cine Steven Spielberg y George Lucas y el músico Lionel Richie, quien se hizo cargo de la hija de uno de sus músicos adoptándola como propia.
Más allá de que si se trata de una moda en Hollywood o del simple deseo de ser mamás de muchas estrellas, lo importante es que tanto estos famosos como los que no lo son piensen en primer lugar en lo que es mejor para sus hijos, y que ellos puedan crecer rodeados de amor y ser valorados como personas.